El Heraldo

Jóvenes marchantes

Por Tatiana Dangond @tatidangond

En medio de una protesta social que no cesa, cada vez son más los jóvenes que sienten tristeza, ira y miedo cuando salen a marchar y que no confían en las instituciones que deberían garantizar su futuro. En una reciente encuesta nacional, realizada por la Universidad del Rosario, en la que se dio a conocer la percepción y preocupaciones de los jóvenes colombianos se muestra con total claridad que la juventud colombiana se siente desamparada y frustrada, sentimientos que han sido los principales catalizadores de esta protesta social que no termina. Entre las conclusiones importantes que arroja esta encuesta es que las prioridades de los jóvenes y sus preocupaciones han variado durante el último año; mientras en el 2020 el tema que más despertaba interés entre este grupo poblacional era la corrupción, en el 2021 es la falta de empleo.

En conversación con diferentes personas que han participado activamente en marchas en Cali, Bogotá y Pereira, todos coinciden en que el porcentaje mayoritario de marchantes son jóvenes – muchos menores de edad– que no están estudiando y que tampoco tienen oportunidades laborales. Jóvenes, que como lo muestra el estudio realizado por la Universidad del Rosario, sienten tristeza, ira, miedo y frustración cuando salen a las calles, en las que se encuentran con una fuerza pública que, tratando de defender el orden público, no ha sabido reconocer que muchos de quienes participan en estas protestas están dispuestos a dejar sus vidas porque no tienen claro qué futuro les espera en un país como Colombia.

Esta generación, la que desconfía de los medios tradicionales de comunicación y cuya percepción de órganos de representación como el Congreso está en la escala más baja de favorabilidad, solo se identifica con lo que pasa en las redes sociales, con el riesgo de que en estas circula información incendiaria y en muchas ocasiones falsa. Valga la pena advertir que la desconfianza no es infundada, pues las instituciones tradicionales, desde los medios de comunicación hasta las entidades públicas, han fallado en establecer estrategias para que los jóvenes se sientan respaldados en ellas.

Ante este panorama está claro que, si bien el presidente tendrá que llegar a acuerdos concretos y ejecutables con el Comité del Paro Nacional, lo cierto es que la principal tarea de este gobierno y de los que vengan será devolverle la esperanza a una juventud que se siente desahuciada. En este orden de ideas, la prioridad del gobierno debe ser garantizar el acceso a la educación a los jóvenes colombianos y el acceso al mercado laboral.

Sin desconocer que muchas de las peticiones presentadas por el Comité son más que legítimas, el gobierno debe escuchar directamente a los verdaderos protagonistas de la realidad colombiana: los más jóvenes del país. Ahora, si bien Colombia Jóven se encuentra liderando el “Pacto Colombia con las juventudes” para personas entre 14 y 28 años, no solo deberá abrir el diálogo sino establecer un plan de acción que le devuelva la alegría y la confianza a este gran grupo de colombianos que son el futuro del país.

OPINIÓN | PUNTOS DE VISTA

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2021-05-16T07:00:00.0000000Z

2021-05-16T07:00:00.0000000Z

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