El Heraldo

Los birretes y las togas volvieron a las graduaciones presenciales

Los colegios Marymount y Karl C. Parrish hacen parte de los primeros planteles que celebran sus graduaciones de forma presencial con protocolos de bioseguridad.

Por Javier Mendoza Daza @jmendozadaza

Algunos estudiantes de Barranquilla sintieron nuevamente la emoción de subirse a una tarima con toga y birrete para recibir un diploma.

Hace un año esta celebración era inconcebible pues el SARS-COV-2 tenía a todos los sectores en jaque, pero hoy después de que la ciudad ha enfrentado tres picos de la pandemia y poco a poco aprende a convivir con el virus, las ceremonias de graduación empiezan a reactivarse.

El pasado 4 de junio, por ejemplo, en el Colegio Marymount se celebraron presencialmente los grados con un aforo reducido.

De acuerdo con un comunicado de prensa divulgado por la institución, todo se ciñó a las normas de bioseguridad teniendo en cuenta que Barranquilla fue seleccionada por el Gobierno nacional como “ciudad piloto para la reapertura total luego de casi un año y medio de pandemia”.

Con este acto, la institución se convirtió en una de las primeras en realizar un evento presencial para graduar a sus estudiantes. Los jóvenes que pudieron vivir la experiencia fueron los de la promoción 2021.

Uno de los datos que ofrece esta institución es que el 87 % de su personal docente ya se encuentra vacunado contra la covid-19, razón por la que aquellos estudiantes que recibieron clases virtuales en los últimos meses ya sueñan con volver a las aulas para compartir con sus maestros y amigos.

“Se espera que poco a poco y manteniendo el autocuidado las actividades escolares vayan retornando a la normalidad, particularmente las clases, lo cual impactará de forma positiva el proceso de aprendizaje y el desarrollo psicosocial de los niños y adolescentes barranquilleros”, expresa la institución en el boletín de prensa.

OTRA celebración. Los jardines del Colegio Karl C. Parrish se adornaron nuevamente este viernes para recibir la 55° ceremonia de graduación.

La celebración fue híbrida. Contó con la presencia de estudiantes y padres de familia, y también fue compartida por el canal de Youtube de la institución.

“Este evento es una prueba fehaciente de la confianza de las autoridades en esta institución educativa. Disfrutemos de este momento memorable siguiendo los protocolos de bioseguridad”, fueron las palabras con las que se dio inicio al evento.

Las sillas de los estudiantes estuvieron separadas por un espacio de un metro cerca de la tarima donde recibirían su anhelado diploma. Los padres desde otro lado del jardín veían cómo sus hijos estaban a punto de cumplir el sueño de culminar sus estudios de bachillerato.

Este viernes con más fuerza sintieron que “los ojos son la ventana del alma” porque solo de esa forma podían expresar su alegría.

Uno a uno los graduandos hicieron fila para posteriormente ir desfilando por un pasillo que los llevaría hasta la tarima donde recibirían de manos de las directivas del colegio el diploma que los certificaba como bachilleres.

Los confetis volvieron a volar por los aires como hace más de un año no lo hacían; la música de orquesta resonó, aunque a la distancia porque la musicalización sí fue trasmitida por plataforma virtual; volvieron los aplausos y uno que otro: “Ese es mi hijo”.

Con estas ceremonias los colegios también se graduaron en nueva normalidad porque entendieron que el virus no se ha ido, pero toca convivir con él, y se debe aprender a esquivarlo con tapabocas y lavado de manos mientras llega el turno de la vacuna.

En ambas graduaciones el llamado implícito fue el de no bajar la guardia. Personal docente, padres de familia y estudiantes salieron de los recintos con la idea clara de que paso a paso se irán rompiendo barreras. En esta ocasión no hubo pantallas de separación, aunque ese metro de distancia sigue presente entre todos.

SOCIEDAD

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2021-06-12T07:00:00.0000000Z

2021-06-12T07:00:00.0000000Z

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