El Heraldo

¿Tres son multitud?

Por Javier Castell López

En todas las épocas, el fútbol nos ha permitido ilusionarnos con la convivencia de grandes y talentosos jugadores que tienen cualidades y gestos similares. Los mejores cuando se juntan son mejores, solemos decir. Pero, no obstante, la súper calidad de esos futbolistas no siempre tenemos certeza del éxito garantizado de esas coexistencias, a pesar de pruebas tan contundentes como la Brasil campeona en México 70, considerada la más bella expresión futbolística de los mundiales, que logró que cinco ‘dieces’ en sus clubes pudieran convivir de forma maravillosa (Pelé, Tostao, Rivelino, Gerson y Jairsinho). O la de Ronaldo y Romario en Brasil; Zamorano y Salas en la Selección de Chile; o para referirme a tridentes famosos de los últimos años como los de Bale, Benzema y Cristiano en el Real Madrid y Messi, Neymar y Suarez en el Barcelona.

Todas ellas tuvieron razones para haber sido exitosas, que van desde la inteligencia de juego, la cesión de poder, el espíritu afiliativo, hasta la humildad, el trabajo de equipo y la capacidad de convencimiento del técnico de turno.

En estos días, en un fútbol más integral, que obliga más a todos a intervenir con y sin balón, Messi, Neymar y Mbappé tienen al mundo del fútbol a la expectativa y con todas las ganas de disfrutar, de regodearse con el fútbol espectáculo y eficaz que estos tres maravillosos futbolistas juntos en el PSG francés prometen.

El inicio no ha sido alentador. Está claro que Messi y Neymar aún no están en su mejor estado. Una vez lo consigan, seguramente mejorará el resto. Lo anterior es necesario, pero no suficiente, porque además tendrán que integrar a un Mbappé que generalmente es personalista y da la impresión de tener aspiraciones de Balón de Oro y ser actor principal.

Que la gran amistad y admiración mutua entre Neymar y Messi no provoque su aislamiento. Que Neymar retome posiciones y funciones del ‘Ney’ del Barcelona para no invadir el terreno y las tareas de Messi.

Que el resto de jugadores entiendan, acepten y ejecuten el rol secundario y muchas veces sacrificado que tendrán que desarrollar. Que el técnico tenga el tino de saber elegir los complementos para darle el imprescindible equilibrio al funcionamiento.

El PSG cuenta con tres de los cuatro o cinco mejores jugadores del mundo, y nos tiene emocionados a los hinchas del gran fútbol. Sin embargo, lo que determina la cohesión y efectividad real de un equipo no es solo su potencial individual sino la manera de coordinar sus esfuerzos. La armonía de sus interacciones. El complemento de sus talentos. Y, sobre todo, que ningún ego esté por encima del objetivo grupal.

DEPORTES

es-co

2021-09-25T07:00:00.0000000Z

2021-09-25T07:00:00.0000000Z

https://elheraldo.pressreader.com/article/282346862957675

El Heraldo