El Heraldo

Recuerdos de un buen muchacho

Han pasado seis dolorosos años de la repentina muerte de un excelente joven, con una proyección en el campo de la producción y dirección de la radio y la televisión.

Cuando un pueblo no cree ni confía en sus instituciones, la justicia extraña que condena al inocente y protege al cruel, al despiadado, al delincuente.

Es que hasta la misma naturaleza protesta por tantas injusticias, tanta impotencia de quienes tienen el poder para aplicar todo el peso de la ley y se vuelven cómplices con su indiferencia.

Almas cobardes, miserables que ambicionados por unas cuantas monedas inmisericordemente corta la vida a personas dejando al traste todas las ilusiones y metas y sueños de una infancia que no volverá . Las esperanzas de unos padres que ni el tiempo los consolará y cuán frívolo e insensible se vuelve el corazón humano devorado por la avaricia y la mezquindad.

Quién responde al dolor de sus padres, Omar Montoya y Rita María Villeros quién como todo padre también siembra ilusiones y esperanzas en esos proyectos de vida y profesionales de su hijo, de su familia, sí de su familia, porque arrebatarle la vida a un ser querido trae toda una cadena de dolor. Todos tenemos un destino final, pero por ley natural de la vida ese camino debe estar lleno de obstáculos y desafíos que nos van engrandeciendo con el trasegar de los días para así tomar experiencia y aportar a este mundo terrenal, pero no es justo, es un acto de barbarie y crueldad quitarle la vida a un ser por robarle un miserable teléfono móvil, la vida es más que lo material, la vida es la esencia del espíritu condensada en los valores del ser.

Con tristeza recordamos a José David Montoya Villeros, trascurridos seis años de su infausta partida y de su cobarde asesinato a manos del hampa callejera de la ciudad de Barranquilla. Víctor Manuel Turizo Camaño Vituca1608gmail.com

OPINIÓN

es-co

2021-10-15T07:00:00.0000000Z

2021-10-15T07:00:00.0000000Z

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