El Heraldo

El final más frustrante

Mina consiguió lo que parecía el gol de la victoria en el último suspiro del juego, pero intervino el VAR y lo anuló por mano del defensor.

Por Rafael Castillo Vizcaíno. Twitter:@rajocavi1

En un partido con un desenlace de película y polémico, la selección Colombia empató 0-0 ante Ecuador, ayer en el estadio Metropolitano, en la Eliminatoria al Mundial Catar-2022. Los jugadores y la afición, en el estadio y en los estaderos de la ciudad, terminó con sabor amargo por la igualdad que frustró la posibilidad de ascender al tercer lugar de la tabla. No obstante, el combinado patrio subió al cuarto puesto.

¡

Qué locura! Parecía que ganaba Ecuador con un penalti (¡Uffff! ¡Qué susto!). Parecía que los tres puntos se quedaban en Colombia gracias a Yerry Mina (lástima, la emoción fue en vano). Ni lo uno ni lo otro, pero hubo mucho más que eso en la agonía del partido: angustia, drama, esperanza, peleas, discusiones, felicidad, baile en falso, frustración, polémica, rabia, reclamos y desánimo.

Una película de suspenso y acción, pero sin final feliz. El desenlace fue para desmotivar. Sí, el VAR te da alegría, como cuando significó la anulación del penalti que pitaron en contra de Colombia por fuera de lugar detectado por el videoarbitraje, y te la quita, te desmotiva, como en la anulación del agónico tanto de Mina por una mano del defensor.

Nada qué hacer. Fueron frustrantes y desalentadoras las decisiones del juez central peruano Diego Haro en esas dos situaciones controversiales que estallaron el fastidio de la hinchada y un caos en la cancha en el que hubo reclamos, conatos de bronca, empujones y encontrones entre los integrantes de ambos equipos (jugadores, asistentes técnicos, utileros, todos entraron al barullo). El cuerpo arbitral quedó en medio de las airadas protestas de parte y parte.

Habría que analizar y detallar bien el agarrón en el área contra Falcao, minutos antes del ‘gol pasajero’ de Mina, aunque parece que la infracción es mutua con el zaguero.

En lo que sí resultó permisivo el referí inca fue en la desesperante pérdida deliberada de tiempo de los ecuatorianos. Sufrían supuestos calambres cada dos minutos, demoraban los saques de meta, de banda, todo lo que significaba reanudar el compromiso era en cámara lenta.

Increíble que el arquero Alexánder Domínguez haya terminado impune como comandante de la estrategia marrullera de los dirigidos por el argentino Gustavo Alfaro. Ni una amarilla le mostró Diego Haro. Solo hubo 44 minutos y 15 segundos de tiempo efectivo de juego. Una cifra que ilustra lo poco que quiso jugar Ecuador, principalmente en el segundo tiempo.

Más allá de eso, la selección Colombia fue impotente en ataque, terminó empatando 0-0 por tercer partido consecutivo y dejó escapar una maravillosa posibilidad de escalar en la tabla de posiciones y desmarcarse de varios de sus rivales directos en la lucha por clasificar a Catar-2022.

Nuevamente el primer tiempo resultó de más preocupaciones que de satisfacciones para los nuestros.

No supieron quitarse de encima la presión e intensidad que ejerció Ecuador durante los primeros 45 minutos.

La ubicación de Juan Guillermo Cuadrado no bastó para brindarle una salida limpia y serena al equipo.

Había demasiados imprecisiones y escasa movilidad para servir de apoyo a quienes tenían el balón. Matheus Uribe procuraba asumir ese rol, pero sin la claridad y exactitud necesarias.

La Selección estaba demasiado acelerada, ansiosa, confusa, enredada y sin poder penetrar con solvencia la rocosa zona posterior del visitante. Luis Díaz luchaba solo contra el mundo y sucumbía ante la recia marca de Ángelo Preciado, quien le pegó bastante.

Los amagues esporádicos de Juan Fernando Quintero no alcanzaban para hacer daño. Duván Zapata permanecía estacionado sin ofrecer diagonales ni nada inquietante. Rafael Santos Borré sí presionaba y corría, pero estaba huérfano en su causa.

Desteñida, con más acción en el área de Ospina, que salvó ante un cabezazo de Estrada (la más clara de Ecuador), ‘la Amarilla’ cerró el telón del periodo inicial.

En el segundo periodo, Ecuador no se cayó a pesar de la gran humedad. Supo derrochar tiempo y pausar constantemente el juego.

Reinaldo Rueda movió el banco y hubo una reacción con más corazón que con fútbol fluido y diáfano. Díaz casi anota, pero Domínguez ahogó el grito de gol. Colombia sudó, se esforzó, corrió e intentó hasta el final, hasta ese final para desmotivar.

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2021-10-15T07:00:00.0000000Z

2021-10-15T07:00:00.0000000Z

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