El Heraldo

EL ROL DEL SALVADOR

Tere Rosales Serje tererosales@sercapaz.org www.sercapaz.org

Aquí sigo compartiendo acerca de los roles de víctima, perseguidor y salvador, los tres roles de “el triángulo dramático” que nos mantienen atrapados en relaciones disfuncionales. El salvador es un rol que generalmente valoramos porque representa a la persona abnegada, aquella que está resolviendo los problemas de y por los demás, la que se preocupa excesivamente por las necesidades y sentimientos de otros aún sacrificándose en su afán de complacer y responder aun por encima de su bienestar.

Este rol también es conocido como “la madre en la sombra” ya que quien lo representa se siente responsable por la felicidad y el bienestar de las personas con algún tipo de dificultad, se ocupa de quienes actúan el rol de “víctimas”, “pobrecitos” y “carentes”. Al asumir por otros la responsabilidad de gestionar sus retos y dificultades impide a las personas crecer y afrontar sus propias realidades.

Quien se mueve desde este rol evita conectarse con sus propias emociones, evita temas escabrosos o que puedan generar controversias, críticas o rechazo, así terminan ocultando su propia verdad y se sobreadaptan a las personas de su entorno. Para evitar “sentir” se ocupan en múltiples tareas, se mueven en relaciones superficiales que no les impliquen mayor compromiso emocional y creen no ser merecedores del cariño o que necesitan ganárselo a base de ser bueno, amable y servicial.

Este rol es común entre las personas que están en campos de ayuda y buscan solucionar los problemas de otros para evitar hacerse cargo de los propios. Al desentenderse de sus asuntos son pasivos y soportan en silencio las relaciones tóxicas de la pareja o miembros de la familia, incapaces de poner limites a abusos y conductas tóxicas.

Es común que estén dispuestos a sacar de líos, apuros o enredos a las personas de sus círculos, justifican o encubren sus acciones, les minimizan las consecuencias y por ello impiden que sean responsables y maduros para asumir la vida adulta. Todo lo dicho lleva a que este rol genere un alto desgaste a quien lo asume y lleva en sus hombros la pesada carga de la culpa por aquellos asuntos que no logran solucionar.

Decimos que este rol representa a la “madre en la sombra” porque es una forma ciega o desvirtuada de querer o dar, dando mayor relevancia al sacrificio y/o actitud de mártir, que al mutuo equilibrio en el intercambio y la realización y crecimiento compartido. A este tipo de amor, Bert Hellinger, padre de las Constelaciones Familiares, lo llamó “Amor ciego” o “Amor infantil”, ya que los niños de manera inconsciente buscan asumir los dolores o situaciones adversas por sus padres, desconociendo así su lugar de pequeños frente a los padres y llevando esa pesada carga consigo, lo que les impide tomar su propia vida y expresar su propia naturaleza.

¿Es posible poder cuidar de otros sin saber cuidar de uno mismo? Pues bueno, es hora de revisar que tanto nos implicamos en este rol.

¿CÓMO SALIR DEL ROL DE SALVADOR?

El salvador necesita darse cuenta de que su autoestima no depende de la ayuda, el cuidado y la protección a los demás y debe reconocer que su valor está en su interior, así requiere colocarse en el centro de su propia vida. Para ello:

Hazte cargo de tu propia vida.

Renuncia a buscar la aprobación de los demás.

Aprende a decir “no” y a fijarte límites claros.

Ocúpate solo de los asuntos que te corresponde.

Deja de proteger y de apoyar en exceso a los demás.

Se sincero y auténtico, expresando tu verdad.

Entrénate en manejar los conflictos y mostrar tus molestias adultamente.

Suelta las cargas y responsabilidades de otros y diviértete más.

Elige ser feliz, en lugar de ser bueno y perfecto.

“Los salvadores tienen que cuidarse a sí mismos antes de su prójimo y, además, dejar ese afán compulsivo para ayudar y amparar.”

Stephen Karpman

PUEDO DECIR QUE... EL SALVADOR ES UN ROL QUE VALORAMOS PORQUE REPRESENTA A LA PERSONA ABNEGADA.

La vida en pareja se ve afectada drásticamente por estas dos emociones básicas cuando las personas son analfabetas emocionales. Una persona es analfabeta emocional cuando no ha vivido en su infancia la posibilidad de aprender a manejar adecuadamente sus emociones. Esto puede ocurrir por el descuido de las personas que estaban encargadas de su educación o por el mal ejemplo de esas mismas personas.

En la infancia se aprende rápidamente, si un niño ve que su madre se ofusca cuando él hace una pataleta y corre a complacer, aprenderá a hacer pataletas cuando desea conseguir algo. Casi sin darse cuenta, los adultos enseñan todo el tiempo a los pequeños a controlar o a desbordarse en sus respuestas emocionales.

La ira es una reacción emocional que ocurre cuando la persona piensa que se va a producir o existe una situación negativa (porque otra persona actúo sin tenerla en cuenta). En ese momento la ira es una respuesta a la creencia de que las consecuencias negativas se hubieran evitado si la otra persona hubiera actuado de otra manera. Esta emoción es útil para que la persona pueda defender sus derechos y lograr sus metas, pero puede, cuando no se sabe manejar, traer muchos problemas a la persona con su cónyuge, incluso matar el amor en una pareja.

Desde pequeñas, todas las personas sienten ira, de hecho, casi todos los niños pequeños arman pataletas. Pero la forma como son educadas las personas, les puede llevar a desarrollar la capacidad de controlar su ira. Igual que las personas analfabetas, que nunca tuvieron la oportunidad de aprender a leer, hay personas analfabetas emocionales que nunca tuvieron la oportunidad de aprender a manejar sus emociones. No saber leer trae muchos problemas, lo mismo ocurre con no aprender a manejar las emociones.

El miedo es una reacción emocional que se caracteriza por la sensación desagradable que produce cuando la persona se da cuenta de la posibilidad de que ocurra algo peligroso. El miedo está relacionado con la ansiedad y casi siempre se presentan al mismo tiempo. Es una emoción que se produce por la tendencia natural de evitar los peligros, y esa es su utilidad fundamental. Es muy útil tenerle miedo, y evitar por eso, a una serpiente venenosa. Es importante tener claro que hay miedos justificados y miedos absurdos, como tenerles miedo a las mariposas, que evidentemente no causan ningún daño.

La educación emocional en la infancia debería incluir la forma adecuada de manejar los miedos. Algunas personas tienen la suerte de contar en su infancia con adultos responsables que se preocuparon por enseñarles a manejar sus miedos y otras personas, analfabetas emocionales, no recibieron esas enseñanzas.

Tanto la ira como el miedo afectan el amor, la comunicación, la sexualidad y la vida conyugal en general. Un cónyuge que no controla su ira, que explota con frecuencia su rabia, sin darse cuenta irá matando el amor de su pareja. La sexualidad, sobre todo en las mujeres, también se deteriora rápidamente ante la ira de su cónyuge. Yo podría afirmar que más del 90% de las mujeres que me consultan por bajo deseo sexual tienen esposos que no saben controlar su ira.

La buena noticia es que, a cualquier edad, las personas pueden superar su analfabetismo emocional y aprender a manejar su ira y sus miedos.

PUEDO DECIR QUE... NO SABER LEER TRAE PROBLEMAS, LOMISMO PASA CUANDO NO SE APRENDE A MANEJAR LAS EMOCIONES.

OPINIÓN

es-co

2021-09-22T07:00:00.0000000Z

2021-09-22T07:00:00.0000000Z

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