AGRICULTURA REGENERATIVA

Para alimentar a la población humana en crecimiento, con los impactos del cambio climático, necesitamos transformar la agricultura para maximizar la productividad y la calidad de los alimentos. La Agricultura Regenerativa (AR) utiliza una combinación de las mejores prácticas, habilitadas por tecnología de punta, para desarrollar sistemas alimentarios resilientes y prósperos que garanticen el bienestar de los agricultores.

La Agricultura Regenerativa es un sistema de producción de alimentos que nutre y restaura la salud del suelo, la biodiversidad, el clima y el agua, al tiempo que mejora la productividad y la rentabilidad de los agricultores.

Existe evidencia para respaldar los resultados benéficos de las prácticas de la AR. Sin embargo, existen limitaciones y la necesidad de una investigación más rigurosa para validar los resultados de las prácticas e identi car las barreras para la adopción.

Las prácticas de agricultura regenerativa se deben adecuar y adaptar a las condiciones locales y del cultivo con el que se esté trabajando. Por ello es importante cambiar los sistemas de labranza y transformar las prácticas de producción de alimentos a unas que permitan mayor captura de carbono en el suelo, la incorporación de residuos de los cultivos en las siembras, aprovechamiento de los ciclos del agua, entre otras. Por ejemplo, en Syngenta tenemos más de 8 años promoviendo estas prácticas de manejo de suelos con productores dentro del territorio colombiano, trabajando en agricultura de conservación, con lo que ya hemos impactado más de 8482 hectáreas. Hoy buscamos llevar prácticas regenerativas adaptables en lugar de delinear un conjunto especí co de prácticas que deben usarse. La compañía ha estado implementando “Operación Polinizador” durante los últimos 5 años, en alianza con la Universidad del Bosque, productores y socios cientí cos, en ncas del Eje Cafetero con cultivos de café y aguacate.

Con la Agricultura Regenerativa lograremos producir alimentos nutritivos y suficientes para una población creciente; transformar la agricultura, de un promotor del cambio climático a una solución clave para su mitigación; regenerar la salud del suelo y la biodiversidad y prevenir una mayor deforestación, aumentando el rendimiento de las tierras cultivables existentes.